domingo, 15 de diciembre de 2013

Almas gemelas...



Tú te acuerdas de lo bueno que he sido cuando un error cometo, tú te acuerdas de lo mejor de mí y de todo lo que he dado por ti cuando fallo sin pensar.

 Compartimos más que una amistad y los abrazos que a la vista de todos están, los secretos que se encuentran difuminados en nuestro día a día, compartimos también el misterio que nos une eternamente, como si de dos almas gemelas se tratase nos tenemos el uno a otro.

Que nadie se atreva a definirnos, que nadie busque un significado a algo que ni siquiera nosotros tenemos, que nadie le busque un concepto a lo indescifrable.
Vivimos y somos quienes somos, lo importante es que nuestra sonrisa siempre se proyecta en nuestros rostros al vernos, y así nos da gusto.

Ayer tú me fallaste, hoy yo he pecado, mañana nos tomaremos de la mano y en perdón nos encontramos.

 Hago el intento por no dejarte caer, aunque tú no me lo dices yo observo tu caminar, intentando protegerte en todo momento, siempre en busca de tu palpitante mirada y tu fresca sonrisa. Por lo general la gente usa la frase “necesito hablar contigo” cuando se refieren a algo importante que necesitan discutir, yo la uso contigo cuando necesito unas palabras inteligentes que iluminen mi vida o que le pongan fin a mi inquietante soledad, también la uso cuando necesito de tu voz o cuando necesito ser comprendido y escuchado para luego sentirme identificado y en sincronía con alguien en la vida poder encontrarme. No lo sabes, pero tú tampoco me dejas caer, cuando siento que no tengo a nadie ahí estas tú, y aunque más inestable que yo, igualmente apareces para apoyarme, como sino tuvieras suficiente contigo misma también te das a la tarea de apoyarme y lidiar con mis rompecabezas.

Hoy tu sonrisa me es mejor conocida como mi recompensa y mi vida se llena de alegría.

Nunca te olvides de quien soy, de cómo me conociste, de mi sonrisa y de mi sinceridad, no te olvides de mis intenciones ni de mi amistad, no olvides mis chistes malos solo para verte cambiar de humor, no olvides tampoco aquellos detalles impregnados de amor, no me olvides jamás… Tampoco deberás olvidar cuando me enojaba porque no me prestabas la atención que te pedía con gestos, o que cuando celoso me encontraba podía hacer impensables locuras para tenerte para mí, ni las veces que mi humor cambiaba sin razón aparente. Como un loco desconocido me conociste, aun continuo siendo el mismo loco, solo que leído como libro viejo de librería por ti.

Alma gemela; si nos vamos a perder, que sea juntos. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario