viernes, 22 de mayo de 2015

Estuvo siempre allí, y hoy nadie está aquí.



Fueron interminables días de servir. Perdida en el silencio de sus palabras. En la muda creencia de solo ser entendida por ella. Resignándose a siempre decir si, aunque no siempre haya querido ir. Corriendo tras cada llamada de auxilio, auxiliándose a sí misma cada noche, a escondidas. Recorriendo caminos ajenos, usando zapatos prestados. Diciendo palabras gastadas, guardándose siempre las de ella. Actuando un guion seleccionado por extraños. Exprimieron sus virtudes, resaltaron sus defectos.

 Veló sueños ajenos, y hoy nadie vela los suyos. Cuidó fiebres extrañas, arriesgando su salud, por la de los demás; hoy nadie siquiera se digna a preguntar qué tal está. Sirvió de paño de lágrimas incontables veces, para incontables personas, hoy no encuentra un hombro en el que apoyar sus aflicciones. Escucho, y escucho con paciencia como con ella desahogaban sus días, hoy no hay quien escuche sus angustias, ni quien le diga, que las bendiciones se aceptan con confianza, y ellas solas vienen acompañadas de mejores mañanas. 

 Ayudo a levantar a muchos de los que hoy faltan; ahora siendo ella la que parece no poderse alzar, solo con sus codos se tendrá que impulsar. Alimento de su alimento, a todo aquel que lo necesitara, hoy no hay quien coloque un plato en su mesa. Jugó de niña a juegos de escondidas, hoy de adultos, juegan con ella a quedarse escondidos. 

 Aún ayer, estuvo apoyando a quien hoy ni le ha mirado a la cara. Todos sonriendo, con sus falsas sonrisas frías, pero nadie pudiendo servir al servidor. Ha sido una mano con la que contar, y en los momentos difíciles que están por llegar, solo en las suyas puede confiar. 

 Estuvo siempre allí, y hoy nadie está aquí. Enfrascados en una ciega creencia, vestidos con un vacío orgullo. Le han dejado por fuera de un circulo en el que antes todos la querían. Mantuvo siempre sus puertas abiertas, solían llegar y ella solía estar; hoy le han cerrado todas las puertas a la cara. Fingiendo no mirar su cristalina mirada. Sonriendo como siempre le ha sonreído a la vida, mientras se manchan sus mejillas, le promete a su nueva vida, que tendrá una mejor familia.

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